irrumpe en claridad; después, su fuego,
da en un baile de máscaras y sombras.
Así sigue su curso, reconstruye
su cuerpo transparente con el día,
y el tiempo se le ajusta como un guante,
y a él, la vida se acopla mientras dura.
Van pasando las horas, que llenamos
con gestos, con palabras, con descuidos,
y vamos, al compás de los relojes,
dando a la mar... sin pausas y sin prisas.
Quién pudiera, como la luz, alzarse
hacia los cuatro puntos cardinales,
y ser, como la luz, inaugural
presencia, albor, materia incandescente.
Sin embargo, pasamos. Y ese signo
nos empuja a un afán de trascendencia
que no es sino rumor, fuga que fulge;
a nuestro modo, luz que azacanea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
✭¡Anímate a comentar! ♥Tu opinión es muy importante para mí♥